¿Qué canciones escuchamos en repetición? ¿Y cómo cambia el comportamiento de escuchar compulsivamente con la edad?
Escuchar la radio a principios de la década del 2000 era como oír la canción “Smooth”, un éxito rotundo del pop-rock latino de Carlos Santana y Rob Thomas, que presenta el riff de guitarra más reconocible de la música moderna. Su abrumadora ubicuidad le ha dado múltiples usos: primero como un tema pegadizo, luego como una molestia repetida y, finalmente, como un meme inspirado en la nostalgia.
Lanzada en 1999, “Smooth” fue un éxito en la radio, manteniéndose 12 semanas consecutivas en el número 1 de las listas de Billboard, una hazaña jamás alcanzada por The Beatles, Michael Jackson o The Rolling Stones. Recuerdo perfectamente haber escuchado una promoción de la misma emisora que escuchaba que incluía “Smooth”, seguida inmediatamente por la canción, como si dijera: “Somos una emisora que toca ‘Smooth’, y aquí la tienen”.
La canción se mantuvo como un clásico de la cultura dominante durante mucho tiempo y más tarde se convirtió en una irónica fascinación en internet para los millennials. En 2013, The Onion satirizó la ineludibilidad de la canción con el titular: « Smooth arrasa en los Grammy por decimotercer año consecutivo ». Unos años antes, Billboard clasificó a «Smooth» como la segunda canción más popular en la historia del Hot 100, solo superada por «The Twist».
Y entonces la cosa se puso rara. En 2016, se publicó en Twitter la foto de una camiseta hecha por un fan en honor a la pista, que posteriormente fue retuiteada por Rob Thomas.
De repente, una canción de hace 15 años volvió a estar de moda, mientras Internet redescubría y celebraba irónicamente su antigua ubicuidad.
Lo que más me fascina de este discurso centrado en “Smooth” es su cualidad meta: la gente celebraba la canción por haber sido universalmente celebrada en su momento. “Smooth” es uno de los muchos temas monolíticos que se escuchan en maratón hasta el punto de convertirse en memes, junto con éxitos como “Wonderwall”, “The Dog Days are Over” y “Ho Hey”.
A diferencia del cine y la televisión, una misma pieza musical puede consumirse varias veces en un periodo de tiempo determinado, y esta repetición suele potenciar su efecto. Este comportamiento de consumo excesivo plantea una pregunta fundamental para el análisis actual: ¿Qué determina la repetibilidad de una canción? ¿ Existe una tendencia cuantificable en la forma en que la música se consume repetidamente (y posteriormente se desecha)?
Así que hoy exploraremos las canciones que más merecen ser repetidas, cómo este comportamiento coincide con la edad del oyente y cómo nuestra relación con la escucha compulsiva evoluciona a medida que cambia nuestro apetito cultural.
Qué canciones escuchamos con más frecuencia?
Para este análisis, utilizaremos datos anónimos de reproducción de canciones de Spotify, proporcionados por ListenBrainz , un repositorio de código abierto. El conjunto de datos captura el comportamiento de escucha individual durante una semana de octubre de 2025, ofreciendo una visión general de cómo las personas usan el servicio de streaming.
Cuando seleccionamos las canciones más reproducidas de este período, la lista está dominada por Taylor Swift y un puñado de músicos de los que nunca he oído hablar (una admisión que hace que el periodismo sea mediocre).
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