Henry Rafael Hierro Fernández, cantante, compositor, productor y arreglista, fue mucho más que un intérprete: fue un arquitecto del merengue moderno, un músico integral cuya pasión, técnica y sensibilidad transformaron el sonido de toda una generación.
De San Francisco de Macorís al mundo
Nacido en San Francisco de Macorís, Henry creció entre el rock de “La Nueva Ola” y el legado musical de su abuelo cubano, quien le enseñó a tocar tambora, guitarra y flauta. En sus inicios formó parte de agrupaciones locales como Los vagos del parque y Mario Hidalgo y Los Supremos, donde ya destacaba por su dominio de múltiples instrumentos.
Aunque en sus primeros años prefería el rock por su complejidad, pronto encontró en el merengue su verdadera voz. Su paso por la orquesta de Wilfrido Vargas en 1978 marcó un punto de inflexión: allí descubrió su faceta como cantante y arreglista, impulsado por el propio Wilfrido, siempre atento a los nuevos talentos.
La Gran Manzana: el sonido de una época
En Nueva York, donde estudió en la New York School of Music, Henry unió su formación académica con el sabor caribeño. Junto al percusionista Víctor Roque, fundó La Gran Manzana, una agrupación que se convertiría en símbolo del merengue moderno y de la diáspora dominicana.
Con esta orquesta, Hierro alcanzó la fama internacional gracias a éxitos como “Mentirosa”, “Tus Besos”, “Cuando Llegará el Amor” y “La Banda”. Su talento como arreglista y productor definió el sonido elegante y poderoso que distinguió al merengue de los años 80, fusionando la energía tropical con armonías orquestales y estructuras complejas.
Solista, productor y maestro
Tras su paso por La Gran Manzana, Henry emprendió su camino como solista bajo el sello Karen Records, grabando temas memorables como “A Millón”, “El Diente de Oro” y “La Banda”.
Su versatilidad le permitió producir y hacer arreglos para figuras como Rubby Pérez, Los Toros Band, Héctor Acosta “El Torito”, Los Hermanos Rosario, Yaquelín Estévez, Raffy Matías y Benny Sadel, entre muchos otros.
En su faceta de mentor, Henry formó y acompañó a jóvenes músicos, compartiendo su conocimiento técnico y su pasión por la excelencia. Su humildad y trato afable lo convirtieron en un ejemplo para varias generaciones de artistas.
Padre, soñador y hombre de fe
A inicios de los 90, Hierro decidió hacer una pausa en su carrera para dedicarse por completo a sus hijos, convencido de que ser padre era su mayor proyecto de vida.
Más tarde regresó con Henry Hierro y su Orquesta, donde volvió a sus raíces con temas como “Las Tres Mujeres”, un merengue típico con toques de trombón y trompeta que reflejaba su constante búsqueda de innovación.
Hasta sus últimos días mantuvo su fe, su amor por la música y su gratitud hacia el público. “La música me da fuerza, pero el amor de mi público me sana”, escribió en uno de sus mensajes finales.
Un legado eterno
Henry Hierro falleció el 3 de noviembre, a los 7:35 de la mañana, tras una valiente lucha contra el cáncer. Su partida deja un profundo vacío, pero también un legado inmenso.
Sus arreglos, su piano y su visión musical marcaron un antes y un después en la historia del merengue. Fue el músico que unió técnica y sentimiento, arte y ritmo, corazón y disciplina.
Hoy, su nombre permanece en cada acorde que hace bailar al Caribe. Porque Henry Hierro no solo hizo merengue: lo elevó al nivel del arte.
[Fuentes]
https://www.eljaya.com
https://deultimominuto.net
https://n.com.do
https://acento.com.do



