Miami, 26 de agosto de 2025 – Lo que comenzó como un correo elogioso de un fan terminó en una pesadilla digital para la cantante británica de folk Emily Portman. Intrigada por el mensaje que alababa su “nuevo álbum”, la artista decidió investigar… sólo para descubrir que un disco titulado Orca, supuestamente suyo, circulaba en Spotify, iTunes y otras plataformas de streaming. La artista confirma, efectivamente, que no fue ella quien lo grabó.
El álbum, compuesto por 10 temas con títulos como Sprig of Thyme y Silent Hearth, imitaba su estilo vocal y estético a tal nivel que algunos seguidores creyeron genuinamente que era un nuevo lanzamiento. Pero no era más que una colección de pistas generadas por inteligencia artificial, falsamente acreditadas a su nombre, voz e identidad artística.
“Fue realmente escalofriante”, contó Portman. “sonaba un poco desafinada, pero cantaba con un estilo folk probablemente más cercano al mío que la IA podía producir, la instrumentación también era extrañamente similar”. Aunque la música generada por IA no es nueva, el caso de Portman marca una nueva etapa preocupante: el contenido falso no solo imita artistas, sino que aparece directamente en sus perfiles oficiales, como si se tratara de un lanzamiento auténtico.
Y no está sola. El compositor neoyorquino Josh Kaufman, conocido por su trabajo en el álbum Folklore de Taylor Swift, también recibió mensajes de fans confundidos por una supuesta nueva canción suya llamada Someone Who’s Love Me. El artista comentó: “Esta [música] es lo que hacemos, ¿verdad? Es la firma de nuestra alma, y que alguien más pueda entrar y tener acceso así…»
En las últimas semanas, artistas como Jeff Tweedy (Wilco), Father John Misty, Iron & Wine, Jakob Dylan y Teddy Thompson también han sido víctimas de estas falsificaciones, todas con un patrón común: arte de portada generado por IA, nombres sospechosos en los créditos y pistas subidas desde sellos discográficos desconocidos. Uno de los nombres que más se repite como compositor en estos lanzamientos fraudulentos es Zyan Maliq Mahardika, vinculado a múltiples suplantaciones de distintos géneros.
La situación es aún más preocupante porque los procesos para reportar y remover este contenido son lentos y opacos. Spotify tardó más de tres semanas en eliminar Orca del perfil de Portman, y ella aún no ha recuperado el control total de su página de artista.
Más allá del daño reputacional, existe una dimensión económica. Aunque las reproducciones de Orca fueron relativamente bajas —menos de 2.000 por canción— quien haya subido el álbum se quedó con las regalías generadas, aunque fuesen solo unos pocos dólares por pista. Es una estafa de volumen, repetida a escala, que puede volverse altamente rentable.
La legislación no ha avanzado al ritmo de esta tecnología. Hoy, si un artista quiere eliminar contenido falso de su perfil, debe presentar reclamos manuales a cada plataforma, sin una vía directa, rápida ni uniforme. Y mientras tanto, su identidad artística sigue siendo utilizada sin permiso.
Las plataformas, por su parte, aseguran que están trabajando en mejores métodos de detección —curiosamente, también mediante IA— pero hasta ahora, los casos continúan apareciendo, y el control parece estar lejos de recuperarse.
[Fuentes]
https://www.digitalmusicnews.com