El veterano del reggaetón habla de su música más reveladora y del secreto de su longevidad.
En una cálida tarde de mayo de 2023, The Glasshouse — un local iluminado con luces de neón situado seis pisos por encima del Río Hudson, en el barrio Hell’s Kitchen de Manhattan — bullía de entusiasmo. Cientos de personas del mundo de la música se habían reunido para asistir a un evento privado del Telemundo Upfront que incluía una actuación de Nicky Jam. Y desde el momento en que el astro seminal del reggaetón subió al escenario, ataviado con su característica gorra de béisbol y un atlético conjunto Amiri bajo una gabardina de lana, demostró por qué no solo forma parte de la historia del género, sino que también es un arquitecto vital de su presente y su futuro.
Mientras Nicky cantaba “Yo no soy tu marido” de 2003, una atrevida asistente saltó al escenario para bailar a su lado. “¡Oh, ella quiere perrear!”, exclamó Nicky, interactuando felizmente con su inesperada compañera mientras ella comenzaba a pegársele con entusiasmo. Por casi dos horas, Nicky dominó el escenario con ese tipo de flow espontáneo, recorriendo su amplio catálogo de éxitos, desde su gran hit internacional de 2014, “Travesuras”, a los ritmos palpitantes de “Hasta el amanecer”, al temazo de pop-reggaetón “El perdón” y la innovadora canción colaborativa “Te boté (remix)”.
Tras dos décadas de carrera, Nicky sigue siendo vital en los escenarios, lo que hizo que fuera aún más impactante cuando, el pasado octubre, dijo a sus más de 40 millones de seguidores en Instagram que se iba a retirar “pronto”. Acompañó su anuncio en redes sociales con imágenes de su serie biográfica de Netflix de 2018, Nicky Jam: El Ganador, que narraba cómo se había recuperado de un pasado turbulento marcado por la adicción a las drogas (y un tiempo en prisión) para convertirse en una de las figuras más ilustres de la música latina. “No voy a ser cantante el resto de mi vida”, dice hoy a Billboard vía Zoom desde su casa en Miami. “Creo que probablemente me retiraré pronto… Bueno, retirarme no. Los cantantes nunca se retiran. Solo le bajas el tono”.
Fuera del escenario, Nick Rivera Caminero, de 43 años, no parece que vaya a bajar el ritmo. Ha canalizado su creatividad en un floreciente imperio empresarial, dirigiendo un restaurante chic en Miami, La Industria Bakery & Cafe, y varios hoteles boutique en ciudades colombianas como Cartagena, Guatapé y Medellín. “Tengo otro hotel en Tierra Bomba que estamos casi terminando. Está en un resort isleño que compré [en Colombia]”, menciona casualmente, y luego agrega con una sonrisa: “Probablemente también salga con una línea de marihuana”.
Además de estas empresas, ha lanzado recientemente sus propias líneas de vapes (NickyJam x fume) y bebidas energéticas (Athon), e incluso se ha sumergido en el mundo de los medios de comunicación como presentador de The Rockstar Show (que se transmite en su canal oficial de YouTube, así como en todas las plataformas de podcast), donde ha entrevistado a estrellas de la música latina como Karol G, Rauw Alejandro y Tainy (sin olvidar a la propia Leila Cobo, directora de contenido de Billboard para Latin/Español). “Ahora mismo estamos preparando la tercera temporada”, dice Nicky. Y también acaba de firmar con su primer cliente, el prometedor rapero del Bronx Axel Leon. (Nicky también forma parte del equipo de management de Manuel Turizo).
Sin embargo, por el momento, Nicky sigue encontrando la música creativamente fructífera. El artista ha hablado abiertamente de sus batallas con la adicción, pero al conversar con Billboard, también revela que ha luchado contra la ansiedad y la depresión durante los dos últimos años. Esa turbulencia emocional — y las noches en vela que las acompañaron — inspiraron su sexto álbum de estudio, uno de los más personales hasta la fecha. Insomnio, lanzado el 6 de septiembre, ahonda en sus reflexiones personales y cavilaciones nocturnas, al tiempo que mezcla musicalmente los sonidos de afrobeats, soul, trap y reggaetón.
Para el proyecto, reclutó a talentos de todo el mundo, como el veterano del dancehall jamaicano Sean Paul, el astro puertorriqueño del trap Eladio Carrión, el DJ y productor italiano Benny Benassi, el rapero argentino Trueno y el reggaetonero colombiano Ryan Castro. “Para mí es una locura colaborar con una persona a la cual uno se cría escuchando en la vereda de su barrio, en los autos de su city”, dice Trueno, invitado en el sencillo de reggaetón clásico “Cangrinaje”. “Es como poder trascender la línea de ser un admirador, a poder colaborar con esa influencia. Nicky Jam, sin duda, fue una de esas imágenes que me quedó con su música”.
“Tener un tema con Nicky para su último álbum es muy especial para mí, porque lo vi cantar en discotecas en Medellín”, dice Castro, quien escucha a Nicky desde que era niño. “Verlo superarse de todo lo que pasó en su vida y lograr lo que logró es la mayor enseñanza para uno. Nicky es una estrella y desde que lo conocí hicimos una chimba de amistad y lo siento como un colombiano más”.
Antes de su resurgimiento a mediados de la década de 2000, Nicky tuvo que hacer frente a grandes dificultades en su isla adoptiva. “En Puerto Rico no conseguía conciertos. Nadie quería tratar conmigo. Tenía un montón de problemas en la calle, estaba metido en las drogas, era un desastre. En esa época, en Puerto Rico, yo era la vergüenza de la música reggaetón”, dijo Nicky al podcast Drink Champs el año pasado. “Pero en Colombia, yo era una leyenda”, añadió, señalando que los colombianos apreciaban tanto sus éxitos como las canciones que no eran populares en su país.
Cuando Nicky se mudó a Colombia en 2007, experimentó un renacimiento. “En Colombia, sí, él llega de Puerto Rico a Colombia vuelto con una mano adelante y otra atrás”, dice su mánager de toda la vida, Juan Diego Medina, utilizando la expresión colombiana para referirse a llegar sin nada. “En Colombia se hace todo el proceso musical de él. Él dice que aprendió a ser humano ahí, en ese país y ciudad [de Medellín]”. (En julio, ambos se separaron amistosamente después de 13 años, pero siguen siendo amigos cercanos).
“Mudarme a Colombia me dio el mojo para hacer música”, dice Nicky. “Llegué a Colombia en un momento en el que necesitaba trabajar desesperadamente. Escuchaban mis viejas canciones; decían que eran clásicos. Cambió mi forma de pensar y de escribir música. Me senté y me dije: ‘Si consigo un No. 1 en este país, eso significaría muchas vistas en YouTube’. Con 45 millones de personas [en ese entonces en Colombia], estaba motivado. Así que hice un No. 1 nacional en Colombia, y luego cuatro, cinco más. Me convertí en el nuevo sonido colombiano”.
En Colombia, Nicky abrazó la cultura local mientras aprovechaba las entonces emergentes plataformas digitales para llegar a un público más amplio. “Tenía toda su trayectoria en Puerto Rico y se fue a Colombia para intentar reinventarse, para encontrar ese público que le diera una segunda oportunidad”, dice Stephanie Carvajal, líder de relaciones y desarrollo de artistas latinos en YouTube. “Lo que le permitió trascender fue una plataforma como YouTube. Nicky Jam fue uno de los pioneros en entender y aprovechar el poder de YouTube para extender su música a audiencias de todo el mundo”.
Lanzada en febrero de 2015, “El perdón”, la colaboración de Nicky con Enrique Iglesias que cambió el juego, fue un momento crucial en la evolución del reggaetón, que pasó de ser un género de barrio a un fenómeno mundial. “Nicky Jam estaba explotando en Colombia, y Enrique acababa de sacar ‘Bailando’”, recuerda Gerardo Mejía, veterano de la industria, que había trabajado estrechamente con el superastro del pop español en Interscope Records y seguía en contacto con él. “Le dije a Enrique, ‘Bro, tienes que hacer algo con Nicky’. Nicky nos envió ‘El perdón’. Dije: ‘Guao, esto es un éxito’. Vimos cómo el crossover [del reggaetón] empezó a producirse a través de la fuerza pop de Enrique. Todo el reggaetón empezó a ser más [mainstream] — ya no era tan callejero”.
Pero el estilo pop de Iglesias hizo dudar a Nicky cuando la escuchó por primera vez. “La canción me pareció demasiado pop”, admite. “Me preocupaba mi comunidad callejera. Mi comunidad urbana. Pensé que me iban a criticar, así que saqué la canción sin él. Entonces la discográfica, Sony, me dijo: ‘Oye, bro, necesitamos que vuelvas a poner a Enrique en ese tema porque será la mejor decisión que harías’. Hicimos el video y la versión con Enrique, y se convirtió en un éxito mundial”.
Casi una década después, Nicky Jam es uno de los artistas latinos más vistos de todos los tiempos en YouTube, con siete videos en el Billion Views Club de la plataforma (con más de 1.000 millones de vistas cada uno). En las listas de Billboard, “El perdón” dio inicio a una racha de nueve entradas en el Hot 100 para él, y dos de sus álbumes, Fénix de 2017 e Íntimo de 2019, entraron en el Billboard 200.
A los sencillos de Insomnio también les ha ido bien: La colaboración de Feid de 2023 “69” alcanzó el No. 41 en Hot Latin Songs, el No. 37 en Latin Airplay, el No. 18 en Latin Digital Song Sales y el No. 10 en Latin Rhythm Airplay; “Calor”, con Beéle, llegó al No. 20 en Latin Airplay y al No. 6 en Latin Rhythm Airplay; y la canción que da título al álbum, lanzada en agosto, se disparó al No. 9 en Tropical Airplay.
Y mientras se prepara para el lanzamiento de Insomnio y contempla lo que podría venir después, Nicky es muy consciente de su influencia. “Salí exactamente en ese momento en el que ocurrió todo”, dice. “Por alguna extraña razón, siendo yo un cantante de la vieja escuela, empecé lo que está pasando ahora. Tengo suerte de ser de la vieja escuela. Hice muchos éxitos en su día, pero cuando llegó lo nuevo y el nuevo movimiento, yo también soy uno de los creadores y pioneros de ese momento”.
Insomnio es un título evocador. ¿Qué lo inspiró y qué relación guarda con los temas musicales?
He pasado dos años locos. Estaba luchando contra la ansiedad y la depresión. Muchos de los problemas del pasado me estaban afectando. Eso me llevó a beber mucho. En el pasado tuve problemas con las drogas, pero nunca con el alcohol. El alcohol es algo legal que encuentras en cualquier sitio. Empecé a beber mucho y eso me llevó a un punto oscuro en el que sentía que no era el Nicky al que la gente está acostumbrada. Salía demasiado de fiesta y no dormía. Lo loco es que a veces, de las cosas malas, salen cosas buenas. Hice canciones malas para este álbum durante este momento oscuro. La razón por la que el álbum se llama Insomnio es porque la mayoría de las canciones [fueron escritas, grabadas y] tienen lugar por la noche.
¿Cómo influyó el proceso de composición nocturna en el tono y el mensaje general del álbum?
Recuerda, la música es el arte de la expresión, y yo me estoy expresando. Siempre he sido ese tipo de persona que es muy transparente. Nunca oculto quién soy ni lo que hago. Si escuchas “3 a.m. y yo en la cyber truck, pensando cuando contigo me daba los shot” [de “La Cyber” con Luar La L], “Exótica” [con versos] como “ver el sol caer”, la mayoría de las canciones hablan de mí en pleno modo de autodestrucción, de fiesta y sin importarme una mier– la vida y simplemente volviéndome loco. Si escuchas “Insomnio”, la canción de merengue, es una canción muy triste [líricamente].
El merengue suele ser alegre, pero “Insomnio” toma un giro más oscuro. ¿Cómo conseguiste equilibrar su ritmo alegre con sus temas sombríos?
Si escuchas “El perdón”, es una canción triste. Pero si le pones ese ritmo, se convierte automáticamente en una canción alegre. Creo que eso forma parte de mi magia. Puedo hacer que una canción triste suene alegre. Es parte de mi modo de crear. Me gusta mucho que la gente pueda cantar una canción triste que ni siquiera se conoce como tal. Eso es magia. Si la hubiera cantado con acordes graves y oscuros, automáticamente habrías dicho: “Damn, este hijo de p–a está triste de coj–es”. La realidad es que estaba triste cuando escribí esa canción, pero en el momento de la producción, dije: “No voy a hacer de esto una canción triste, quiero que sea animada”.
Cada álbum tiene su propio recorrido de creación. ¿Cómo diferenciarías Insomnio de Infinity, Íntimo o Fénix en cuanto al proceso creativo?
Voy a ser sincero contigo. Fénix es un disco en el que te puedes dar cuenta de que es Nicky Jam en su mejor momento, haciendo su comeback y muy feliz de la vida. Fue un momento diferente en mi vida. En los otros dos álbumes, solo estaba trabajando. Iba mucho de gira y me limitaba a hacer música y a ponerle el nombre [del álbum] después. Estos otros dos álbumes no tienen ningún significado para mí. Insomnio tiene más significado que cualquiera de estos álbumes porque le estoy contando a la gente cómo me sentí en uno de mis momentos más oscuros.
[Seguir leyendo…]
https://www.billboard.com/