En Reino Unido la agencia discográfica británica BPI junto con otras agencia realizaron un nuevo estudio sobre los hábitos de consumo musical entre los jóvenes de 18 a 25 años, este estudio involucró aproximadamente a 500 personas que hablaban sobre sus gustos musicales y la manera en que conectan con los artistas que más escuchan.
En el informe que se elaboró con especialistas en comportamiento cultural y análisis de datos en plataformas digitales, se destaca que la música en la Generación Z cumple con cuatro funciones esenciales: actúa como un acompañante de su rutina diaria, funciona como una especie de “refugio emocional” ayudándolos a sobrellevar momentos difíciles, como una herramienta clave para expresar quiénes son y así mismo construir su identidad, y por ultimo, les permite conectar con otras personas y descubrir nuevas realidades, accediendo a una perspectiva del mundo más amplia.
Además, destaca que la Generación Z, se considera como “omnívoros musicales” teniendo en cuenta que muestran una gran diversidad en sus gustos musicales, y se permiten explorar y consumir una amplia variedad de géneros, estilos y artistas, los jóvenes consumen desde pop, rap, reggaeton, electrónica, hasta géneros como jazz, rock, folklore y música alternativa.
Uno de los investigadores del estudio explicó “No escuchan música para pertenecer a un grupo determinado, sino para explorar, expresar y conectar emocionalmente con distintos mundos sonoros, estamos frente a una generación que valora más la autenticidad del artista y la emoción de la canción que la etiqueta del género”
Este nuevo fenómeno de los “omnívoros musicales” y el estudio realizado nos señala el desafío que tiene la industrial musical, y la adaptación que debe tener para una audiencia que exige versatilidad y experiencias musicales más inclusivas, no sólo transformando patrones de escucha, sino también el modo en que se produce y promueve la música en esta nueva generación.
Fuentes: