Spotify vuelve a estar en el centro del debate. La plataforma de streaming enfrenta una demanda colectiva en Estados Unidos que la acusa de utilizar su herramienta Discovery Mode como una nueva forma de payola digital —el viejo sistema en el que las discográficas pagaban a radios por poner sus canciones—, pero ahora disfrazado de algoritmo.
La denuncia, presentada el 5 de noviembre ante el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York, sostiene que Spotify engañó a sus suscriptores al hacerles creer que sus recomendaciones y playlists estaban basadas en sus gustos personales, cuando en realidad estarían influenciadas por pagos o descuentos de regalías realizados por sellos y artistas.
La demanda fue interpuesta por Genevieve Capolongo, una usuaria de larga data que afirma haber notado un patrón “sospechosamente comercial” en las canciones que la plataforma le sugería. Según el texto legal, “Spotify explota la confianza del usuario al promocionarse como un servicio que ofrece recomendaciones orgánicas, cuando en realidad vende esos espacios al mejor postor”.
El programa Discovery Mode, lanzado en 2020, permite a artistas o sellos optar por una mayor exposición dentro de las recomendaciones del algoritmo, a cambio de una reducción en la tasa de regalías que reciben por reproducción. En teoría, la compañía lo defiende como una herramienta de descubrimiento que “ofrece visibilidad a más artistas sin necesidad de grandes presupuestos de marketing”. En la práctica, para los demandantes, es publicidad encubierta que “mezcla contenido promocional con sugerencias personalizadas sin transparencia suficiente”.
El caso no solo tiene implicaciones económicas, sino también éticas: reabre la discusión sobre la frontera entre la personalización algorítmica y la manipulación comercial. En 2021, el Congreso de Estados Unidos ya había solicitado explicaciones a Spotify por las similitudes del programa con la payola radial, una práctica prohibida desde los años 60 por manipular la exposición pública de la música.
Los abogados de Capolongo argumentan que la advertencia genérica que Spotify incluye —“las recomendaciones pueden verse influenciadas por consideraciones comerciales”— no especifica qué canciones son promocionadas, lo que impediría al usuario distinguir entre gusto genuino y publicidad pagada. En otras palabras, el algoritmo estaría “vendiendo confianza como si fuera autenticidad”.
Spotify aún no ha respondido públicamente a la demanda, pero fuentes cercanas a la compañía dijeron a medios estadounidenses que la empresa “actuó dentro de los márgenes legales” y que Discovery Mode “es completamente opcional para artistas y sellos”.
De prosperar la demanda, el caso podría redefinir los límites entre curaduría musical y promoción comercial, un terreno cada vez más difuso en la economía del streaming. Por ahora, la plataforma que prometía democratizar la música enfrenta el mismo fantasma que perseguía a la radio hace medio siglo: la payola, versión 2.0.
[Fuentes]
https://www.billboard.com
https://variety.com
https://www.rollingstone.com
https://www.theverge.com
https://www.reuters.com/



